martes, 23 de febrero de 2010

LA PARTIDA...



Espero en el aeropuerto, no se porque pero no estoy nerviosa. Esparcidos por el suelo descansamos antes de coger el avión.

Junto a la ventana rie Oliver con Eva y Mª Angeles. Juan esta inmerso en su trabajo y fija la mirada en el ordenador rodeado de bolsos y maletas que también parecen impacientes. Laurina y sole juegan a las cartas tumbadas en el suelo, todos rellenamos el hueco que hay entre dos filas de sillas, que por cierto, son bastante incomodas, que se encuentran detrás del espacio habilitado para fumadores. Ÿa he fumado 4 cigarros, pero no estoy nerviosa

Hace calor y mi vestuario no es el apropiado, sabía que algo me fallaría este día, pero conociendome, me sorprende gratamente que solo sea el vestuario.

Me siento un poco extraña, vacía, pero no es el tipo de vacio del que siempre hablo, este vacío es sereno, pausado como un silencio antes de una mala noticia. Lejanas parecen ahora las horas de desorden, de preparativos, de papeles revueltos, de ropa desperdigada por la habitación, de despedidas, dudas, lágrimas...Y me cuesta creer que esto haya pasado hace solo unas horas, pero si, fue esta tarde, lo sé porque estaba en el cuarto de baño y todo me parecía como una última vez.
La última vez en un mes que me ducho con agua caliente, la última vez que doy una galleta a mi perro, la última vez que escucho refunfuñar a mi madre en la cocina porque lllevo dos horas ocupando el baño...La última vez en este mes que me preocupo por como tengo las pestañas.

No quise poner música, y ahora hecho de menos un mp3, pero creía que era necesario. Quería estar en silencio, escucharme, para dejar todo lo innecesariamente aprendido encima de mi cama revuelta, quería limpiar mis ojos, limpiar el polvo de los rinconoes mal ocupados de mi memoria, estirpar olores, soltar la carne, sentirla lijera. Quizás lo haya conseguido, tal vez no, pero al menos estoy tranquila, y es más de lo esperaba.

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