lunes, 1 de marzo de 2010

El comienzo. Costa Rica .




Me levantado temprano, supongo que he hecho demasiado ruido porque mis compañeras Bea y Mª Jose se han despertado asustadas preguntando si me pasaba algo. El reloj marcaba las 5:40. Me vestido deprisa, me he maquillado (sin deber) un poco, me he lavado los dientes y he bajado hasta el recibidor.

No parecen las 6 de la mañana. La plaza que esta frente hotel se llena de gente que corretea por ella tranquilamente, iluminada como si fueran al menos las 10. En ella, también hay muchas palomas libres del mundo...Hace un poco de brisa, y se me antoja agradable.

El personal anda por el hotel con una sonrisa adornandole el rostro, iguql que ayer y supongo que igual que todos los días. Se me hace díficil despertar los sentidos detrás de esta ventana, me gustaría olerlo todo, saborearlo cachito a cachito, rozar el corazón de Costa Rica con la yema de mis dedos temblorosos. Detrás del cristal hay un señor con gorra blanca hablando por télefono, me preguntó con quien y sobre qué...y sin quererlo hecho de menos hablar con mi madre, supongo que por eso casi automaticamente entro la mano en el bolso revuelto buscando mi télefono, pero no tengo red. Me gustaría compartir esto con alguien que me entienda, o que al menos finga hacerlo, y me consuelo pensando que podré ponerlo en mi blog.
Me suenan las tripas, tengo hambre y esta se mezcla con los nervios en el fondo de mi estomago. El autobus con el que nos diriguiremos a Nicaragua estará en la puerta en menos de una hora.

El recibidor se ha llenado de ingleses, me averguenza no entenderles y me prometo a mi misma, que cuando vuelva me apuntaré a una academia de idiomas aún ha sabiendas de que no lo haré. La plaza se ha quedado vacía. voy a subir a despertar a mis compañeras.

Ya estamos en el autobus, pasamos el museo del oro, la bilioteca nacional, a la derecha encontramos un parque que como todo esta lleno de gente, todo esta lleno de olor, sedes políticas, restaurantes. Hace humedad y calor pero no encuentro la fatiga en el rostro de ningun caminante.

El autobus se mueve demasiado, cruzamos la Panamericana, suponía todo diferente, y sin embargo lo veo tan igual que no me sorprende...los coches, las paradas de autobus...El autobus esta en silencio, de fondo suena el Rapsusklei, es mi canción. A lo lejos en el agujero negro que es el horizonte, nubes de azúcar blancas, esponjosas, apetitosas adornando la ladera de la montaña, verde y marrón...mucho verde y mucho marrón...Me encantaría sumergirme en las enredadas ramas de los árboles que se avistan desde la ventana, bajar por sus raíces, hacerme ella, renacer de lo que no ha existido, y verlo todo desde el punto cero.

Pasamos por un puente desde el cual se avista San José en la distancia, parece tan callada, como una escultura rota, hierática, perdida en ningún tiempo, en ningún espacio, inmortal, pero tristemente cubierta de colores...los problemas se adornan en este lugar con un gusto que más que exquisito parece burlón.

Llevamos casi una hora de camino. Me he tumbado cara al a ventana, siempre cara a la ventana, un poco empañado el cristal, pero me siento menos ciega. El paisaje es precioso, las montañas que caen y suben estan plagadas de árboles, todos diferentes entre ellos, algunos con hojas puntiagudas, verdes aceitunas, otros más desnudos, más débiles, con un color rojizo casi amarronado como la papaya del desayuno. Hay palmeras que custodian pequeñas fabelas de chapa entrecortada.
Me sorprende la escasez de pájaros y la abundancia de talleres en medio de la nada. Ropa tentidad en cuerdas atadas a gruesos troncos de arboles, percudida envejecida por el tiempo, por la niebla que en grisaceo dibuja la vegetación.

Pasamos un pueblo y al hacerlo cae el paisaje, se encojen las montañas y la vegetación se hace más homogénea, y por ende más difícil de distinguir, también por la niebla que va en aumento...flores rosas...a la vuelta tengo que ponerme más cerca de Paco, necesito un guía y desde aquí atrás no lo escucho...Más chabolas incrustadas en la tierra, bananos y cafetales adornan el marrón rojizo del suelo. Es precioso, además esta comenzando a lloviznar. Sonrió porque se me hace caprichoso como si hubiera sido creado por un pintor amante del verde que llena su lienzo de diferentes tonalidades, de un mismo color obsesivo, eligiendo unos puntos estrategios para colocar sus suaves pinceladas.

Quizás no haya pájaros por la lluvia, pero si helechos rojizos, flores que parecen de algodón amarillento como tiritas en las heridas de las delgadas ramas...Es curioso el suelo, la tierra a veces llano, pero jugueton, aparece y desaparece, crece y encoje, se esconde y vuelve aparecer verde de nuevo...En verdad, no intento explicarlo, solo retenerlo en la memoria, guardar esta pequeña iglesia en mitad de la nada, con su enorme cruz sobre el tejado de chapa, verde también pero con dos tonalidades, más suaves y naturales.

Llegamos al pacífico, escucho Extremoduro, y me acurdo de alguien, desde la ventana el agua se ve gris, eterna, tranquila como el caminar de sus gentes, como si el tiempo no pasará desapercibido a su lado. Es inmento. En el horizonte montañas pequeñas que le hacen de refinado marco. La playa esta desierta, unas pocas gaviotas sobrevuelan la inmensidad grisacea. Hay un chiringuito, más chabolas, y una carretera sin rayas, carteles de se vende apretadas, casitas con acojedores porches que se rompen en la armonía de las alambres, pequeñas ventanas, amarillas, naranjas, azules...tiendas, todas las casas, hasta las chabolas tienen esos graciosos porches. Cuando se acaba la calle suciedad esparcida por el suelo y dos edificios circulares quemados y en ruinas. La verdad es qeu todo parece una gran pero hermosa ruina, diferente a las ruinas que yo recuerdo, porque en estas crece fuerte la hierba, se pintan los escombros de colores y la gente serena alrededor del as chapas metalicas.

A pesar del empobrecimiento del lugar, hay gente muy bien vestida. La carretera esta rodeada por dos muros bajitos de hormigón adornados con pinturas de colores, a trozos crecen unas bonitas flores que parecen amapolas pero no lo son, porque son amarillas. Algunas personas descansas a las peurtas de sus pequeñas casas, otras, arman jaleo alrededor de los puestos callejeros. aquí todo esta en la calle, todo se hace en la calle, quizás por eso la gente es tan guapa y tiene ese color tan dorado. No he visto aún ninguna comisaria, tal vez no la haya, tal vez no hagan falta en este lugar. Hay albañiles reconstruyendo o construyendo algunos edificios, tienen a penas dos mochilas de herramientos y no hay ni rastro de medidas de seguridad, ni casco, ni una red, nisiquiera una señal de advertencia, quizas aquí tampoco hagan falta, tal vez eso no sea importante.

La gente camina descalza, pero sus pies no tienen callos, otros conducen audis, bmv, nissan, todos llevan una graciosa matricula azul y blanca que pone Costa Rica, pero lo que más me gusta son las furgonetas.

Nos paramos en una esquina, no se porque, no hay semáforo, miro por la ventana y entonces lo veo, es un niño que tendrá alrededor de los 15 años, supongo que más porque aquí la gente parece más joven, esta sentado en una silla como las de los bares, de plástico blanco, tiene un bañador azul, uuna camiseta a rayas blancas, azules y verdes, apoya sus pies también descalzos sobre las rejas del porche, un hilo de saliva prende de sus labios gordos, su mirada se pierde en algún punto invisible para mí.

Pasamos Costa Rica y cae la noche cuando llega lo negro. Estoy tranquila, escucho jazz y también me acuerdo de alguien. Me apoyo en el hombro de ramón y simplemente lo disfruto. Llevo todo el día soñando. 24 horas han bastado para que me enamore de este lugar y vuelva a creer en algo abstracto que todo el mundo llama felicidad, que para mi es simplemente estar a gusto y poder saborearlo sin más, vaciar la mente dejar que fluyan los sonidos, navegar con ellos...La armonía de sentir el momento y el espacio justo, libre, vació, como si nada pasará ni encima ni por detrás.

3 comentarios:

  1. Hola Katy!!! Me ha pasado mi hermana tu blog para seguirlo, me encanta todo lo que estás haciendo, esto es el primer paso de una vida seguro llena de aportaciones a la humanidad, eres una tia con un espiritu fuerte y un alma grande. Esta experiencia fortalecerá tu persona, ya de por sí grande. Cuando regreses quiero que me lo cuentes todo, todo. Orgullosa estoy de haberte conocido!! Voy a seguir tu bloq con mucho entusiasmo. Te mando mil besos, y muchísimo ánimo, VALIENTE!!
    Sonia Luna

    P.D. Conozco a tu compi Eva!! es amiga de mi amiguita Lito, besos para ella tb.

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  2. Hola Katy! Soy Trini, tu vesina. A tu madre le hacía ilusión que mirara tu blog y casi mas por ella que por mi, me metí a echarle una ojeada. Ahora me alegro de que lo hiciera, me puse a leer y me enganchó... Un beso, y sigue escribiendo que lo haces muy bien.

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  3. Hola Kati! Soy tu vesina Trini, a tu madre le hacía ilusión que leyeramos tu blog y casi más por ella que por mi, me meti a echarle una ojeada. Ahora me alegro, me puse a leer y me enganchó... Un beso

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